HIJA MIA

Esta es una hermosa poesía que me trae unos de los recuerdos mas sensibles de mi adolescencia ... mi madre me la regaló cuendo cumplí 15 años, y no sabía cuanta verdad habian en estas lineas que hoy comparto con ustedes.

Quisiera escondere en mi corazón, alimentarte de mi ternura, arrullar tu sueño, hacer de mi pecho una almohada para tu frente... Y así, entre mis brazos, mimándote, vigilando tu despertar, dandote de abrigo mi cariño, decirte al oído muchos engaños; decirte que no hay invierno en la vida, que solo hay flores, luz y calor... que el amor es una verdad contundente, que la felicidad no se desvanece nunca, que tu bondad tendrá premios, que la muerte no llega, que el mal no existe, que el engaño es fantasía, que el egoísmo es un cuento de locos, que de la envidia hablan solos los enconados, que es bello vivir, que todo en la existencia es plácido y dulce, que no habrá para tus pies ni saetas para el alma...

Mas pretender retenerte en mis brazos es fantasia... afuera rie la primavera, tu juventud inquieta bulle en tus venas ... y despues de oir mis engaños tornaras los ojos a la vida y comprenderás que te estoy mintiendo, que el amor es fugaz, que los inviernos son realidades, que el egoísmo esta ahí, deerente en todas partes, y tambien la envida y el desamor, destructores de esperanzas e ilusiones.

Prefiero, Hija mía, no decirte nada, arrullar tus sueños, sí pero en silencio y abrir los brazos para cuando despiertes escapes de ellos y, como yo, aprendas por ti solo el secreto amargo de la vida.... te rasguñes y te hieras y ames y sufras ... Para que guardarte contra mi pecho, donde esta la gran verdad de la ternura, pero donde no está, hija mía, la ternura amorosa de tu juventud y tu derecho a la vida reclama?

Ve, alejate de mí, no te contagies mi tristeza de hoy; rie, juega, ama y llora; exprime la vida en tu boca como si fuera un fruto maduro, voluptuoso y exquisito... y aprende por ti sola a vivir, como yo, como todos.

Silvia Watteau